martes, 4 de octubre de 2011

CUENCA

Quizás por aquello de que “de Madrid al cielo”, cualquier excusa vale para ir de excursión a la Villa y Corte. En este caso era suficiente justificación el ir a ver la Exposición de Antonio López en el Museo Thyssen y, nunca mejor empleado el término excusa ya que, una vez terminada la exposición en Madrid y con el tiempo justo de recoger, se vienen a Bilbao, al Museo de Bellas Artes en donde va a estar durante tres meses, a partir del 10 de octubre.
Bueno, esta entrada del blog no va dedicada a la exposición pero quiero destacar un par de cosas:
• Ha batido todos los records de afluencia de público: 318.000 personas (3.850 diarias).
• El que tenga ocasión de verla en Bilbao (si no pudo hacerlo en Madrid), que no se la pierda. Alguien ha dicho que es como de contemplar la obra de Velázquez en su época.
• Al salir del Museo tuvimos ocasión de verlo en persona y, tal como lo habíamos visto en reportajes y entrevistas, el maestro es la antítesis de la cantidad de fantasmas que se mueven alrededor del arte. Un tipo sencillo y asequible que, con total naturalidad, accedió a escribirle una dedicatoria a mi señora en el Catálogo de la exposición mientras mantenían una charleta sobre el proyecto de pintar en Bilbao.
Bueno, al grano. Los disparates que se han hecho con la alta velocidad ferroviaria en España (recomiendo buscar información en Google sobre la suspensión de recorridos del AVE en Castilla-La Mancha y lo de “pasear chapa”) permiten, por otra parte, en un cómodo viaje de una hora (menos algún minuto), desplazarse de Madrid a ciudades como Toledo o Cuenca y, como a Toledo ya habíamos ido en una anterior y no muy lejana ocasión, en esta aprovechamos para plantarnos en Cuenca.
La parte moderna de la ciudad la obviamos ya que no tiene nada de interesante de modo que, pasando olímpicamente del autobús urbano que nos hubiera llevado directamente hasta la Cuenca antigua, pasito a paso, allá que nos fuimos.
La ciudad vieja está en un alto conformado por las Hoces de los Ríos Júcar y Huécar, sobre los que hay varios miradores siendo, quizás, el más espectacular el que está en el Barrio del Castillo, en la zona más alta. Desde allí hay una visión general de la Hoz del Huécar sobre la que se encuentran, precisamente, las conocidísimas “Casas colgadas”. Antes eran alguna más pero ahora solamente quedan tres y, una de ellas es la que alberga al Museo de Arte Contemporáneo. Callejeando se llega hasta las mismas y, pasando el puente de estructura metálica (Puente de San Pedro), se pasa al otro lado de la Hoz y se tiene la mejor vista de estas casas construidas sobre la roca y al borde del precipicio. Una placa en la fachada indica que son del Siglo XIV aunque están restauradas en el Siglo XX.
La impresión general del casco antiguo es que, dentro de lo que cabe, está bastante bien conservado o, al menos han hecho un lavado de cara importante ya que, en general, las casas están bien pintadas aunque la clara falta de verticalidad de algunas fachadas llamaban, y mucho, la atención.
Aquí queda el enlace para el video que he subido a Youtube.

http://www.youtube.com/watch?v=df3zoD0FMyU&feature=youtube_gdata


Y, aquí, unas cuantas fotos:


En esta primera: la Plaza Mayor y, al fondo, la Catedral







Una de las casas colgadas




Hoz del Huécar y parte alta del casco antiguo





Vista desde el Barrio del Castillo. Hoz del Huécar con el Parador en primer término y justamente encima, las casas colgadas.




Vista desde los restos de la muralla.



Foto del casco antiguo


















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