En cuanto oímos el nombre de Torremolinos, inevitablemente nos vienen a la mente todos los tópicos que se nos puedan ocurrir asociados al turismo de masas: playas, guiris, chiringuitos … y, sin embargo hay otras cosas que nada tienen que ver con esto y que merece la pena ver.
Hoy traigo aquí una de ellas y me dejo otra para la próxima.
El Parque de la Batería. Está situado en la zona de Montemar Alto con todo el barrio de La Carihuela a sus pies. Debe su nombre a que allí estaba situada una batería de costa de la que, como testimonio han quedado un par de viejos cañones y la galería subterránea con el polvorín y algún que otro servicio.
Para los no lugareños el acceso es un poco complicado por lo que lo más recomendable es coger el autobús urbano de la Línea 1 (creo y, en caso de duda, preguntar) y decirle al chófer que pare en el Parque de la Batería.
Es un sitio realmente tranquilo lejos del bullicio y de las aglomeraciones de los devoradores de sol. Tiene un pequeño estanque navegable, unos jardines bien cuidados, un bonito muestrario de árboles, algunas composiciones escultóricas y, en un extremo, una zona de juegos infantiles con una particularidad que, no sé si es original pero que nosotros era la primera vez que veíamos algo así y nos pareció, aunque suene a cursi, enternecedor. Los que hemos sido padres ya sabemos lo que, salvo excepciones, suele costar que nuestros hijos se “desprendan” de su amadísimo chupete.
Pues bien, en un rinconcito junto a esta zona de juegos, hay un árbol del que penden unos frutos muy extraños: un montón de CHUPETES. Unos metidos en esferas de plástico y otros, simplemente al desnudo. Junto a él hay un cartel que dice: ARBOL DE LOS CHUPETES. Para depositar los chupetes de los niños y niñas que se hacen “mayores” y ya no los necesitan.
Supongo que a más de uno lo habrán tenido que llevar sus padres de “inspección” para comprobar que aún seguía allí, colgadico, en donde lo habían dejado.
Hoy traigo aquí una de ellas y me dejo otra para la próxima.
El Parque de la Batería. Está situado en la zona de Montemar Alto con todo el barrio de La Carihuela a sus pies. Debe su nombre a que allí estaba situada una batería de costa de la que, como testimonio han quedado un par de viejos cañones y la galería subterránea con el polvorín y algún que otro servicio.
Para los no lugareños el acceso es un poco complicado por lo que lo más recomendable es coger el autobús urbano de la Línea 1 (creo y, en caso de duda, preguntar) y decirle al chófer que pare en el Parque de la Batería.
Es un sitio realmente tranquilo lejos del bullicio y de las aglomeraciones de los devoradores de sol. Tiene un pequeño estanque navegable, unos jardines bien cuidados, un bonito muestrario de árboles, algunas composiciones escultóricas y, en un extremo, una zona de juegos infantiles con una particularidad que, no sé si es original pero que nosotros era la primera vez que veíamos algo así y nos pareció, aunque suene a cursi, enternecedor. Los que hemos sido padres ya sabemos lo que, salvo excepciones, suele costar que nuestros hijos se “desprendan” de su amadísimo chupete.
Pues bien, en un rinconcito junto a esta zona de juegos, hay un árbol del que penden unos frutos muy extraños: un montón de CHUPETES. Unos metidos en esferas de plástico y otros, simplemente al desnudo. Junto a él hay un cartel que dice: ARBOL DE LOS CHUPETES. Para depositar los chupetes de los niños y niñas que se hacen “mayores” y ya no los necesitan.
Supongo que a más de uno lo habrán tenido que llevar sus padres de “inspección” para comprobar que aún seguía allí, colgadico, en donde lo habían dejado.
Aquí os pongo unas fotos y el correspondiente video
Al fondo la torre-mirador y, en primer plano los arbustos "esculpidos".


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